El Impacto Silvoagropecuario
La superficie más afectada corresponde a plantaciones forestales (propiedad de grandes empresas), zonas con especies introducidas como el pino radiata o eucaliptus acumulan altas cargas de combustible, esto genera una “receta para el desastre” lo que facilita la propagación del incendio. Esto tiene un gran impacto en la región ya que se expande y pone en riesgos especies nativas en categoría de conservación.
Los pequeños productores agrícolas fueron también afectados con la pérdida de sus ganados y colmenas, que constituían parte importante de su capital de trabajo. Al rededor de 105.000 especies entre ovejas, equinos, bovinos, caprinos y colmenas fueron contabilizados como pérdida entre las regiones más afectadas.
Zonas más afectadas
Si bien se estima que la extensión total de territorios afectados fue cercana a las 500.000 hectáreas, el catastro efectuado por tipos de uso de suelo da cuenta de una cifra de 467.538 hectáreas, entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía, siendo la región del Maule la más afectada con alrededor de 280.000 hectáreas.
Dentro de los pueblos más afectados se encuentra Las Palmas, Santa Olga y Hualquí. Santa Olga fue totalmente arrasada por el fuego en pocas horas y constituyó el foco de la tragedia. Se destruyó prácticamente en su totalidad, afectando a cientos de viviendas.
¿Cómo se apagó el fuego?
Fueron necesarias 64 aeronaves para ayudar a combatir el fuego. El agua lanzada sirve para controlar el incendio en el frente de avance, llamado la cabeza del incendio, y en otros sectores activos. Para ello los brigadistas cubren al fuego con tierra lanzada con palas, enfrían con agua y cortan la continuidad de la vegetación combustible en el mismo borde del incendio.
Ayuda internacional
La ayuda internacional de dos supertankers fue clave ayudar a apagar las llamas. Lo supertankers tienen un sistema de descarga de agua presurizada que puede soltarse de manera continua. La aeronave Evergreen 747, es la más grande del mundo y está adapdata para albergar al rededor de 75.000 L de agua. Además de agua las naves transportaron otros elementos tal como miles de litros de combustible, raciones de alimento, kits de aseo y material de alojamiento.
Para considerar en el futuro
Los incendios de 2017 arrojaron alrededor de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente a la atmósfera, cercano a los 111,6 millones de toneladas que se emitieron en todo Chile el año 2016.
Las millones de toneladas de dióxido de carbono liberados en los incendios permanecen en la atmósfera. Estos gases liberados contribuyen al calentamiento
global, desencadenando en forma gradual un cambio climático a nivel planetario. Por lo que, la suma de
incendios forestales acontecidos durante el 2017 establecen un desafío en la fiscalización de quemas en
plantaciones forestales, como también el compromiso de regenerar los suelos degradados por la acción
desenfrenada de utilizar los recursos naturales.